Por Dr.
Ricardo Torres Arieta
Profesor
de Derecho Constitucional y Técnica Legislativa.
Universidad
de El Salvador.
Universidad
Autónoma de Barcelona
Es lógico, y como decía un amigo mío, “se puede caminar y comer al mismo tiempo.” Ser un excepcional dirigente
político en la actualidad, es como encontrar un alfiler en un panal, para
decirlo así dicho sea de paso, este ocupa un lugar de responsabilidad –en el
caso de los que por muchos años en la sociedad conocemos como la magistratura
legislativa o el Senado, como otros tantos compatriotas en el exterior que han
reconocidos a sus compañeros algunos son intendentes, alcaldes, senadores,
diputados–, estos han llegado a este año y tiene una tarea hoy a cumplir. 2020,
considerado un año muy complejo, lo único que tenemos claro es la incertidumbre
y más evidente la falta de una verdadera técnica legislativa a los tiempos de
la pandemia.
Hoy es evidente la incertidumbre en el globo terráqueo, como en
la región y la falta de rumbo o de certezas en nuestro país. Dicho efecto
dominó, como los economistas exponían en
las aulas muchas veces decían a sus alumnos, como las casas de cartón en alguna
ocasión y hoy ya no lo son; desde el mundo hacia nuestro país o a la inversa
nos sugiere una atención y una dedicación total a los efectos cíclicos de las
economía y que pueden pasar este 2020, dicho de paso tiene algunos agregados
locales coyunturales que no son menores.
Por ejemplo, que el gobierno, en algo bastante raro o inusual
–yo por lo menos desde que tengo memoria no lo recuerdo– se define a sí mismo
un presupuesto de vigencia fiscal y extraordinariamente ante eventuales
emergencias como la actual. Con lo cual este año la rendición de cuentas viene
a ser un medio presupuesto, no es que el Gobierne se encuentre en crisis, es
donde los economistas enfocan su atención, pero lo real se visualiza en las
condiciones de la población, un eficiente presupuesto deberá permitir una mayor
inversión en salud, en educación y lo social, debemos considerar que lo que el
Gobierno necesita son mecanismos de llevar a la sociedad en general
proyecciones de acceso a fuentes de producción, trabajo digno, mejores
condiciones laborales, mayores ingresos y hacer que las fuentes de inversión se
distribuyan donde existan necesidades de desarrollo.
Por otro lado, nuestra realidad política, es muy diferente a
mucho tiempo anterior, no debemos olvidar nuestro pasado, pero no es obligación
de la población continuar en esas condiciones, hoy existe un elemento
transcendental y coyuntural que nos visualiza un mejor país, el ciudadano está
en la era digital y ha dado un cambio a ver en perspectiva los cambios
generacionales, una sociedad informada y con educación conoce los procesos
electorales, los mecanismos de protección de sus derechos; ya no solo la de la
opinión pública con el gobierno, que genera una presión lógica y razonable
mucho será como lo analiza el decisor político y con muchos errores prefiere
mantenerse en el poder antes de ver las necesidades de los colectivos o la
población como son los ciudadanos de a pie, como en alguna ocasión Vargas Llosa
ponderaba, sino la política interna en el seno de los partidos políticos
algunos que han claudicado en su visión de cambio; también algunos que han
tenido alguna modificación, lo que hace un año excepcional, un año distinto,
que genera oportunidades.
Hoy es de
agradecer como ha respondido el decisor político o como haya contestado, que en
una sociedad un senador o un diputado le mande propuestas a un presidente y el
presidente las conteste, ese solo hecho para muchos es una oportunidad de
accesar a la conflictividad interna de los distintos órganos del estado, deberá
satisfacernos porque tiempos anteriores no existía, me satisface conocer la
realidad.
Pero cuando vamos
al contenido, eso nos demuestra que en el interior de los técnicos legislativos
existe una inercia legislativa, todos estos días hemos visto una realidad el
decisor político no estaba preparado para este nuevo enfoque de la realidad; porque
me parece que a la opinión pública desde marzo de este año hay que decirle qué
pasó, qué propusimos, qué se nos contestó y qué realmente se llevó adelante,
que es al fin y al cabo lo que uno espera de un gobernante, que modifique la
realidad de la gente a quien gobierna– y puntualmente hay una que me hace
muchísimo ruido, que para mí es muy importante, que es el tema de la elección
de horas, siempre es el enfoque que muestra una sombra de la realidad en los
decisores políticos, cuando toman decisiones se olvidan de lo real de la
población y votan por razón de sus electores, muchas veces determinadas por la
decisión del partido.
Ya hace muchos
años anteriores mis alumnos de Derecho Constitucional presentaban trabajos de
tesis, el sistema electoral siempre ha sido el vehículo que los partidos
políticos han proyectado en una sola vía; hoy la realidad cambio y la educación
como un derecho de la población ha posibilitado cerrar esa vía de acceso en una
sola calle; un ciudadano informado presenta más dirección en sus decisiones, y
hoy se encuentra atento a una realidad que le podrá mejores condiciones de vida
y de transformar las realidades del país.
Cuando el
ciudadano aspira a que en algún momento prime la cordura. Creo que le haría muy
bien una forma de Gobierno que refresque a toda la sociedad. A esta altura hay
una creencia de que los decisores políticos son tótems que hay que respetar,
que son intocables. Los dirigentes políticos son fusibles, algunos son fusibles
de corta o larga duración, según quién los designa, y otros serán de corta o
larga duración según quién nos vota. En el caso de un ministro de Estado, por
su desempeño no es denigrante, no está mal para un gobierno sustituir un
ministro. Cuando ese decisor político se encapricha, cuando sostiene contra
viento y marea, una decisión aún en el fracaso, termina siendo una forma de
evaluar su desempeño y ahí es donde se comprende la situación real de cómo se
administra un parlamento o una Asamblea.
Lo que sucede es
que, muchos de nosotros tenemos una visión de la vida así, podríamos quedarnos
sentados en la historia, el académico debe aportar sus conocimientos y poder
trascender con propuestas y no como la historia nos demuestra una oposición, que
se une a juntar una bolsa de piedras y tirarlas. Pero no es nuestra vocación,
no es mi vocación como académico, yo me levanto todos los días pensando que nuestro
país será mejor y habrá una oportunidad para nuestros hermanos ser mejores cada
día. Sería un contrasentido. Dedicaría mi tiempo a otra cosa. Uno cuando tiene
vocación de servicio, posibilitar el conocimiento a los estudiantes, cuando
quiere al país, cuando cree que puede ayudar a mejorar la sociedad, no se puede
amputar la calidad y la capacidad de las propuestas. Por eso considero que hoy
el joven estudiante, los adultos y toda la sociedad ya comenzaron con pinchar
la burbuja electoral, esa que está a pocos meses, y empieza con propuestas. Para
concluir, para que tengamos éxito o no, como en tantas otras cosas de esta
actividad, no depende exclusivamente de nosotros, siempre debemos dar gracias a
Dios por todo, orar por nuestras autoridades y que Dios los guie para proteger
a todos en este tiempo.
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